Existe un documental llamado: A Plastic Ocean (2016). El filme es una descripción gráfica del daño que el ser humano le está haciendo al planeta por la escasa sensibilidad respecto a los avances tecnológicos y su empleo consciente, particularmente en la producción de plástico.
Tan sólo en los primeros 30 minutos, los investigadores al frente de este largometraje presentan cifras como las siguientes:
Ahora bien, los aproximados cinco billones de piezas sintéticas que flotan en los océanos del mundo, generan el denominado “smog plástico”, un proceso que deviene con el tiempo y puede explicarse así: los rayos ultravioletas del sol, las acciones de las olas y la sal, descomponen la materia artificial hasta convertirla en pequeñas partículas que se fusionarán de manera más simple con la vida marina y que, para las especies de menor tamaño, se convertirán en su alimento y futura causa de muerte. Por supuesto, mamíferos más grandes no quedan exentos de esa fatídica suerte, todo lo contrario.
Podemos asegurar que las profundidades de nuestros mares ya tienen más plástico del que pueden soportar (y al que jamás debieron exponerse). La paradójica dualidad de este recurso, su maravillosa y terrible resistencia, nos lleva una vez más a preguntarnos cómo emplearlo con responsabilidad y sabiduría.
El mundo entero enlista empresas dedicadas a buscar y accionar medidas que restablezcan el orden lógico de la Tierra. En nuestra ciudad, instituciones como ECOPLÁSTICO AMBIENTAL no dejan de innovar en función de tal propósito.
Por ello, sumado a sus proyectos de viviendas construidas con materiales reciclados, se ha desarrollado también la producción de mobiliario que ornamenta y da funcionalidad a espacios de la vida diaria.
En el catálogo de muebles ya desarrollados se encuentran bancas, mesas, escaleras, sanitarios, escaleras y lavabos. Es importante recordar que la placa plástica con que se realizan estos artículos (además de poseer una gran estética) surge del reciclaje de poliestireno, polietileno, cloruro de polivinilo, poliamidas y PET. Esto se logra por medio de energía limpia (solar), lo cual mitiga la contaminación y reduce la generación de gases efecto invernadero.
Para Ramón Martín Espinosa Solís, director de ECOPLÁSTICO AMBIENTAL e incansable colaborador de foros educativos que promueven la sustentabilidad del planeta, es prioridad encontrar un espacio en el mundo donde el plástico mantenga su relevancia y aportación positiva a nuestra sociedad.
Apoyar este tipo de ideologías y movimientos es la misión que tenemos los usuarios para sumarnos a la búsqueda de un ecosistema limpio, donde la vida humana y animal, nuestra flora y aire, no peligren a causa del ingenio y las estrategias que ideamos con la finalidad de existir cómoda y plenamente.